El Parlamento Europeo defiende las denominaciones de origen de los vinos europeos

En una resolución conjunta de los grupos políticos sobre el acuerdo vitivinícola entre la Unión Europea y los Estados Unidos de América adoptada por el Parlamento subraya que el acuerdo constituye un primer paso, pero añade que este es insuficiente e inadecuado. Los diputados criticaron a la Comisión por el acuerdo alcanzado.

Los diputados reconocen la necesidad de un Acuerdo bilateral entre la UE y los EE.UU., pero esperan que «la próxima fase de negociaciones llegue a resultados satisfactorios para la producción tradicional, para la vitivinicultura familiar y para la calidad de nuestros vinos» (párrafo 2).

Consideran que «las denominaciones falsas suponen una fuerte competencia para las denominaciones verdaderas y que los Estados Unidos no respetan la protección de los vinos que disponen de denominaciones de origen», y añaden que «la mayoría de los vinos con denominación de origen se elaboran con procedimientos tradicionales costosos y con arreglo a parámetros de calidad determinados y que estos procedimientos no pueden compararse con los procedimientos industriales empleados para la fabricación de los vinos norteamericanos» (considerandos G y J).

Además, señalan que «la usurpación de las denominaciones geográficas de la UE por terceros países es contraria a los derechos de propiedad intelectual y causa un perjuicio económico a los propietarios legítimos de estas denominaciones, debido a la pérdida de cuotas de mercado» (considerando E).

Entre otras cuestiones, el Parlamento pide a la Comisión que en vista a una segunda fase de las negociaciones «prosiga el diálogo con los EE.UU. y otros socios en la OMC para establecer un registro de indicaciones geográficas reconocidas a nivel internacional como objetivo prioritario en las negociaciones agrícolas multilaterales, crear un comité conjunto para cuestiones vitivinícolas y clarificar las prácticas de elaboración de vino, la certificación y el uso de expresiones tradicionales» (párrafo 6). También considera necesario la firma de un compromiso definitivo en dos años «para poner fin de una vez por todas al uso ilícito en los Estados Unidos de denominaciones comunitarias protegidas por la legislación comunitaria» (párrafo 8).

Debate

Esther HERRANZ (PPE/DE, ES) criticó el acuerdo al considerar que «no contiene un compromiso firme por parte de los Estados Unidos de dejar de usurpar apelaciones como los vinos de Málaga o de Jerez». En su opinión, «el éxito comercial de nuestros caldos siempre ha estado ligado a una forma de elaboración que respeta con gran celo las definiciones más puristas del vino» y se preguntó «¿hasta cuándo podría la Unión Europea seguir prohibiendo el uso de copos en la maduración de vino o el añadido de agua, si está legitimando la importación de vinos elaborados con esas prácticas?».

María Isabel SALINAS (PSE, ES) señaló que «va a ser difícil que nuestros vinos, elaborados tradicionalmente y desde parámetros de mucha calidad, puedan competir con otros fabricados con procedimientos industriales mucho menos costosos». Manifestó que con el acuerdo alcanzado «Estados Unidos se ha comprometido a no usar denominaciones típicas europeas, pero sólo en los vinos que exporten a terceros países. De esta forma, podrán seguir utilizando las mismas calificaciones que hasta ahora en su territorio, con el agravante de que la legislación estadounidense considera calificaciones de mi tierra, como «Jerez» y «Málaga», semigenéricos y no denominaciones de origen» y añadió que «España, considera este primer acuerdo decepcionante y esperamos una segunda fase mucho más contundente».

Pilar AYUSO (PPE/DE, ES), por su parte, se refirió a las negociaciones y al resultado de las mismas: «es en cierto modo vergonzoso que la Unión Europea tenga que ceder a las pretensiones de los Estados Unidos a golpe de amenazas» y añadió: «nuestra principal arma para no aceptar las prácticas enológicas de los Estados Unidos era, precisamente, que se reconociesen nuestras denominaciones de origen, y esto lo hemos perdido. Hemos pagado y nos hemos quedado sin el arma que nos podía dar argumentos para defender nuestros intereses».

PE

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