Según Francisco Javier Romero, Vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad CEU Cardenal Herrera y Director del IDYCA (Instituto de Investigación sobre Drogas y Conductas Adictivas), “un vaso de vino en las comidas acompañado de una dieta mediterránea reduce la mortalidad y ayuda a mantener una expectativa de vida alta”, siempre y cuando “su consumo sea moderado y con las comidas, no fuera de ellas”. Javier Romero subraya que los vinos desalcoholizados poseen las mismas propiedades pero que, además, están exentos de las consecuencias negativas que provoca el alcohol.
Con el verano llega el momento de consumo del aperitivo, de la comida informal o de la charla en una terraza al aire libre, con el consiguiente cambio en los hábitos alimenticios. El calor hace que bebamos más para hidratar el organismo desde refrescos, cervezas a cavas e incluso vino. También todos los combinados de éste último como el tinto de verano (vino con gaseosa) o la popular sangría. El vino tinto desalcoholizado, como señala Javier Romero, “es otra opción de bebida que posee los mismos beneficios saludables y sin las consecuencias del consumo de alcohol”.
El Director del IDYCA de la Universidad CEU Cardenal Herrera, señala que “el vino es capaz de mejorar la capacidad de vida y salud de quien lo consume moderada y regularmente, gracias a sus componentes antioxidantes”, indistintamente de si lo bebemos solo o con gaseosa. Asimismo destaca que “de todos los sistemas de protección natural de nuestro organismo frente al oxígeno que provoca oxidación y el consecuente envejecimiento, uno de los más importante está en el vino tinto”.
Javier Romero apunta, además, que “la capacidad antioxidativa que encontramos en 1 vaso de vino es equivalente a comerse 5 manzanas, beber 500 ml de cerveza, 7 vasos de zumo de naranja o 20 vasos de zumo de manzana”. Esta capacidad del vino tinto para limitar la oxidación orgánica se encuentra, como explica, “en los polifenoles que hay en la envoltura de la uva. De aquí que los vinos desalcoholizados presentan las mismas propiedades”.
Otra de sus consecuencias positivas según los estudios citados por Romero es que “su consumo con la comida, evita que la grasa que estamos ingiriendo se altere y obstruya las arterias”.
El vino un aliado para las personas fumadoras y para la 3ª edad
Entre los múltiples beneficios que tiene el consumo moderado de vino está también su capacidad de proteger a los sujetos fumadores. Según el Director del IDYCA del CEU UCH está demostrado que “contrarresta el efecto hipertensor que provoca el consumo de tabaco”, como destaca el estudio realizado por el Departamento de Nutrición y Dietética de la Universidad Harokopio de Atenas. Según otro estudio realizado por la Unidad de Epidemiología de la Universidad Burdeos II en personas mayores de 65 años, “el vino protege del envejecimiento cerebral”. Según Romero, “en esta investigación las personas mayores consumidoras de 1 vaso de vino al día en las comidas, reducen razonablemente el riesgo de padecer ciertas demencias asociadas a la edad”.
Entre las propiedades más destacadas del vino Javier Romero menciona sus componentes anticancerígenos “aún en estudio”. No obstante el director del Instituto IDYCA recuerda que estos beneficios están asociados al consumo moderado de vino “en las comidas” y “sin exceder” la cantidad de un vaso de vino.
CCAE