De la primera etapa, Nadal subrayó las actividades de internacionalización, que consideró «claves» y entre las que destacó las visitas a Alemania, Japón y Estados Unidos. Dijo que la formación todavía es la asignatura pendiente del sector, a pesar de que ha habido más cursos, y reconoció sentirse decepcionado por no haber avanzado más en realizar acciones conjuntas en el marco del Instituto del Cava.
Desde Pimecava, indicaron que la patronal representa al 91% de las empresas del sector, mientras que sólo ocupan un tercio en el Consejo Regulador del Cava.
Entre los objetivos para los próximos cuatro años, Rossell destacó la apertura de ayudas y líneas de créditos para disminuir los costes empresariales y, en este sentido, valoró los acuerdos con Caixa Penedès.
En paralelo, Rossell consideró prioritario continuar con las relaciones institucionales catalanas y españolas con organismos como el Institut Català del Vi (Incavi) y dijo que están «muy abiertos» a fortalecer las relaciones cn el Consejo Regulador del Cava.
Preguntados por las marcas blancas de cava, Nadal indicó que el sector ofrece un producto adecuado para cada tipo de consumidor, lo que incluye precios bajos, pero alertó de que esto puede desprestigiar a las marcas de calidad.
En cuanto a propuestas concretas para comercializar más cava y desestacionalizarlo, Pimecava apuesta por promocionar el cava rosado en la Diada de Sant Jordi, equiparándolo al nivel de la rosa y el libro.
Pimecava representa a más de 240 bodegas que facturan de media unos 585.000 euros anuales, cerca del 16% del total del sector. Cada empresario produce una media de 103.000 botellas y tiene una plantilla de cinco trabajadores.
Europa Press