En una carta firmada por los ministros de España, Francia, Italia, Alemania, Portugal, Grecia, Bulgaria, Austria, Chipre y Rumanía, se señala que la especificidad del vino y su OCM deben ser tomadas en consideración en los próximos debates sobre etiquetado de alimentos. La misiva recuerda que en el acuerdo político de la OCM del vino se acordó, explícitamente que los elementos utilizados en la producción de vino, bajo las prácticas enológicas autorizadas, no deberían estar sujetas al etiquetado obligatorio.
También señala que la última reforma de la OCM del vino debe ser ahora sometida a una reglamentación muy detallada que va a cubrir todos los campos de su producción y prácticas enológicas; y va a contener una exhaustiva serie de medidas sobre cuestiones técnicas, métodos de producción, presentación y etiquetado, que van a garantizar que todas las fases de la cadena de producción queden cubiertas y que el consumidor esté bien informado.
La carta indica que como producto agrícola, el vino es, básicamente, un producto natural fermentado, no hecho según una receta y que los vinos cambian de un año a otro dependiendo de las características de las cosechas. “Cada vino, incluso del mismo productor y del mismo territorio, es único”. La iniciativa también recuerda que la reforma de la OCM del vino, en los términos aprobados por el Consejo de Ministros de diciembre, ha confirmado que “sólo las sustancias incluidas en una lista taxativa de prácticas enológicas y tratamientos pueden ser utilizadas en la producción de vino” y que cualquier práctica no incluida está por tanto prohibida.
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