El Plan de acción, que está siendo realizado por un grupo de trabajo creado por el Presidente norteamericano antes de verano y compuesto por representantes de distintos departamentos de la Administración, entre los que destacan Agricultura y Comercio, está estudiando cuál sería el mejor sistema para mejorar la seguridad de los productos importados, y apunta como el mejor sistema la realización de inspecciones mejor dirigidas y basadas en análisis de riesgos.
El Gobierno considera que el volumen total de las importaciones ( por un valor de 2,2, billones de dólares este año) hacen que el incremento de inspecciones sea inviable, ya que podría requerir miles de nuevos inspectores, y podría ralentizar el comercio en las fronteras.
Sin embargo, el incremento de las inspecciones en frontera permanece como demanda principal de muchas de las propuestas de los distintos congresistas, junto con el otorgamiento de poderes a la FDA (Agencia de Alimentación y Medicamentos) para decretar retiradas del mercado. En este sentido se han realizado propuestas para cobrar tarifas a los importadores con el fin de recaudar los fondos necesarios y así financiar un hipotético incremento de las inspecciones.
El Grupo de trabajo de seguridad en las importaciones está estudiando también incluir el uso de nuevas tecnologías para inspeccionar los envíos de importadores dudosos y la coordinación entre agencias para la supervisión de partidas.
Por otro lado, el Senado estadounidense estudiará una enmienda a la Ley Agraria (Farm Hill) que terminaría con las 12 agencias alimentarías existentes a nivel federal en los próximos 2 años, y así dar tiempo al Congreso para estructurar nuevamente el sistema de seguridad alimentaría en torno a una única agencia que reúnan todas las competencias.
La razón aducida por la administración estadounidense para plantearse incrementar la seguridad de las importaciones es la falta de confianza de los consumidores. Según datos del Food Marketing Institute, la confianza del consumidor estadounidense respecto a la seguridad alimentaría ha descendido durante este año y solo un 66% de los consumidores confían en que al comida que compran en los supermercados es segura.
FEPEX considera positivo el interés de la administración estadounidense en mejorar la seguridad de las importaciones, una línea de actuación que debería seguir también la Comisión Europea, en especial en frutas y hortalizas, debido al fuerte incremento de las importaciones procedentes de países terceros, donde las condiciones de producción, seguridad alimentaría?..son muy inferiores a las comunitarias.
No obstante, para FEPEX preocupa que la mejora de la seguridad de las importaciones sirva para incrementar aun más los requisitos y los costes para exportar a Estados Unidos, como ya ocurrió en la Ley Bioterrorismo de EEUU. Desde la entrada en vigor de esta ley, en diciembre de 2003, todas las empresas agroalimentarias que exporten productos alimenticios con destino a EEUU tienen que inscribirse en un nuevo registro de establecimientos agroalimentarios creado por la FDA (Agencia de Alimentación y Medicamentos) y deben contar con un agente en EEUU. Además, cada vez que se hace un envío de productos alimenticios debe remitirse a la FDA una notificación previa del envío.
Para FEPEX, las trabas fitosanitarias y otras y a han limitado fuertemente las exportaciones de frutas y hortalizas a EEUU, que incluso han decrecido. La exportación hortofrutícola de la UE a Estados Unidos en el año 2000 fue de 181.663 toneladas y seis años después, en 2006, habían caído un 29,5%, totalizando 128.065.
FEPEX