La Denominación de Origen “Ribera del Júcar”, la primera D.O. española adaptada a la última normativa del sector vitivinícola, trabaja desde sus inicios en enero de 2003 con el objetivo de posicionar sus vinos en el mercado a través de la Denominación como principio diferenciador.
Para ello, el gerente de esta joven Denominación, Juan Antonio Villahermosa, expuso recientemente en unas jornadas celebradas esta semana en Cuenca por la Unión de Cooperativas Agrarias de Castilla-La Mancha (UCAMAN), la necesidad de trabajar desde la Denominación de Origen “Ribera del Júcar” desde el principio de un ecosistema vitivinícola. Es decir, “nuestro objetivo no tiene que ser sólo vender vino, sino crear un concepto que englobe a todos los habitantes de nuestra comarca vitivinícola y saber transmitir dicho concepto al consumidor”.
En este sentido, Villahermosa destacó como labor de la D.O., además de posicionar y diferenciar sus vinos en el mercado, desarrollar paralelamente un proyecto multifuncional cuyo objetivo último sea mejorar la calidad de vida de los más de 6.000 habitantes que integran la D.O. Este concepto de ecosistema vitivinícola persigue fijar población en los siete municipios conquenses que integran esta mención vitivinícola (Casas de Benítez, Casas de Fernando Alonso, Casas de Guijarro, Casas de Haro, El Picazo, Pozoamargo y Sisante) a través de la Denominación de Origen como garante e impulsora de la economía.
Fomento del turismo enológico
Villahermosa señaló como otros instrumentos necesarios para conseguir el aumento de la rentabilidad de las explotaciones vitivinícolas de la comarca (el 90% de la población que abarca la D.O. vive de la agricultura) el fomento del turismo enológico y saber transmitir al consumidor y al turista el paisaje y la historia del territorio amparado por la D.O. “Ribera del Júcar”.
Otros de los argumentos a los que no se puede renunciar, según Villahermosa, son los de tecnología e innovación, “unas claves que van de la mano de las industria vitivinícolas de esta comarca conquense en el momento de la elaboración, crianza etc, pero que tenemos que seguir desarrollando en otros medios como internet, etiquetado, etc”.
Como conclusión de la ponencia desarrollada por dicho responsable de la D.O. “Ribera del Júcar”, destaca la necesidad de evolucionar en la elaboración del vino de manera acorde con la del mercado; la presentación de la D.O. como marca colectiva que engloba un completo ecosistema; posicionar las denominaciones de origen en el mercado como algo distinto y atractivo para los consumidores.
La calificación de la D.O. Ribera del Júcar aparece como una de las más exigentes de la actual pirámide que establece la Ley del Vino, aunque en un futuro, además, cabe la posibilidad de distinguir en la comarca alguna denominación de origen de pago. Se completaría así la organización piramidal de los vinos propuestos en la Ley del Vino y que se aplica en esta zona conquense por primera vez en España.
Otro aspecto en el que la D.O. Ribera del Júcar está en los primeros puestos en España es en la calificación de los vinos, realizada exclusivamente por criterios de calidad y por un organismo independiente, ajeno a las bodegas o al Consejo Regulador. En este caso la calificación ha corrido a cargo del Instituto del Vino de Castilla-La Mancha (IVICAM), con sede en Tomelloso (Ciudad Real).
Entre otras novedades destaca que se califican exclusivamente vinos a los que este órgano de gestión haya realizado un seguimiento desde la viña hasta el embotellado. También se define un “media crianza”, denominado “vino tradición Júcar”, que tiene cuatro meses de crianza
DO Júcar