Las estimaciones actuales de la cosecha de uva para la producción de vino, sitúan ésta en 48 millones de hl, lo que supone una reducción del 8% sobre la del año pasado y un 15% inferior a la media de los últimos años.
Como ya decíamos en el último Boletín, dichas estimaciones han sido hechas por el Servicio de Encuestas y Estadísticas del Ministerio de Agricultura, que ha rebajado por segunda vez dichas previsiones durante el mes de septiembre.
Según esta última estimación, la producción de vino alcanzará, en la presente cosecha, la cifra de 48 millones de hectolitros, de los que 22,3 millones serán vinos con denominación (VQPRD), 13,3 millones serán vinos de país, 7,7 millones serán aptos para la elaboración de cognac y 4,8 millones de hectolitros serán los restantes vinos, jugos y mostos.
Las condiciones climáticas del año han disminuido fuertemente el potencial productivo, con lo que se alcanzará la más baja cosecha desde 1991, año en que se produjeron heladas fuertes en primavera. Tras las heladas de la primera década de abril, que afectaron al viñedo septentrional y al del Valle del Loira, y del granizo caído en junio y julio en la región de Burdeos, la sequía y las altas temperaturas han terminado por reducir las expectativas de cosecha, al tiempo que han adelantado la madurez de las uvas, a menudo hasta tres semanas. Por el contrario, el estado sanitario del viñedo es muy bueno en general y se espera una graduación alcohólica elevada y baja acidez, lo que exigirá el máximo cuidado en la elaboración.
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