La demanda ha sido iniciada por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja, de España, contra el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) de Argentina para que elimine de una de sus resoluciones la indicación geográfica «La Rioja Argentina».
La demanda se ha presentado por los productores españoles en el marco de un plan para evitar que las bodegas de los llamados países del “Nuevo Mundo del vino”, como Argentina, Chile, Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica, se apropien de denominaciones de origen europeas, como champán, borgoña o chablis.
La reclamación ante la jueza federal argentina Rita María Ailán, del fuero Contencioso Administrativo de Buenos Aires, ha sido rechazada al considerar que «no ha quedado demostrado que pueda existir confusión ni provocarse el error en los consumidores» por el uso de la expresión «La Rioja Argentina» respecto de la denominación de origen «Rioja» (España) «atento al claro aditamento diferenciador e indicador del país de origen del producto».
Entre los argumentos de la demanda, los abogados que han representado al Consejo Regulador de la DOC Rioja figuraba una encuesta confiada a la consultora Nielsen, en la que expresa que casi el 60% de los consumidores identifica los vinos de La Rioja Argentina con los de Rioja.
La norteña provincia argentina de La Rioja es la tercera mayor productora vitivinícola del país suramericano, con unas 8.000 hectáreas de viñedos, una cosecha de 50 millones de kilos anuales y la elaboración de 40 millones de litros de vino al año. Su vino más representativo es el torrontés, pero también elabora variedades de Cabernet Sauvignon, Malbec y Syrah. Argentina es el quinto elaborador mundial de vinos, el noveno exportador y ocupa el séptimo lugar en consumo per cápita de vino a nivel mundial, con unos 30 litros anuales por persona.
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