El desarrollo de la vendimia mecanizada ha implicado desde sus comienzos el desarrollo de nuevos sistemas del manejo de la masa foliar de la vid, así como la evaluación de la idoneidad de las variedades en función de las propiedades de desprendimiento de los racimos.
Las cifras demuestran que la rentabilidad y la rapidez son la gran baza de las vendimiadoras, ya que una sola máquina en ocho horas -aunque pueden trabajar perfectamente doce- recoge entre 60.000 y 70.000 kilos de uva.
Además, la correcta utilización de la vendimiadora implica un importante ahorro en los gastos de recogida y, por tanto, de los costes totales del cultivo. Si el coste medio de producción de uva tinta en «La Rioja» ronda los 0,46 €/kg con vendimia manual, el cambio a una vendimia mecanizada puede traducirse en una disminución de los costes de entre un 5 y un 10%.
La recolección es una de las pocas labores de cultivo en la que se pueden recortar gastos, ya que el resto de consumos intermedios, como fertilizantes, fitosanitarios, gasoil, mano de obra, aumentan sus precios. Sin embargo, los precios de la uva permanecen estables e incluso, en estos periodos de crisis general, se prevé que dichas cotizaciones sufran algunas reducciones. Por ello, los viticultores tienen pocas vías de elección para limitar los gastos y mantener sus márgenes. Por estas razones, una buena opción es la recolección mecanizada.
Si tenemos en cuenta que el coste de la vendimia manual es de 6,31 €/100 kg, la rentabilidad de la vendimiadora automotriz se alcanza cuando la explotación posee más de 54 ha de superficie; en el caso de la arrastrada, este umbral se sitúa en 26 ha.
Agricultura Sostenible