En concreto, la pérdida en las importaciones españolas de vino en términos de valor, se situó en 103 millones de euros, debido a la caída registrada por los vinos espumosos (-55,5%), los vinos con denominación de origen (-50%) y los vinos de mesa, tanto a granel (-70%), como envasados (-30%).
En términos de volumen, el mercado español dejó de importar el pasado año 25,3 millones de litros, de los que la mayoría corresponden a vino de mesa a granel, con una caída del -84%. También registraron pérdidas los vinos de mesa envasados (-47%), los vinos espumosos (-30%) y los vinos con denominación de origen (-46%).
En cuanto a los países de origen de las importaciones, en 2009 los 10 principales proveedores de vino a España, suponen el 97% de las importaciones totales.
Francia, con unas ventas en España de 59,1 millones de euros, adelantó a Italia como principal vendedor de vino, toda vez que el país trasalpino redujo un 51,2% su mercado en España, hasta los 47,9 millones de litros.
En el caso de Francia, las importaciones se corresponde fundamentalmente al vino espumoso (Champagne), mientras que en el de Italia, se trata de vino de aguja (70% del total).
En términos de volumen, Italia es el principal proveedor, con 25,6 millones de litros y una caída del 7,2%, seguido por Francia, con 5,3 millones de litros, y una caída del 4%. En tercer lugar se encuentra Portugal, con 3,4 millones de litros, frente a los 18,5 millones de litros que exportó en 2008 (-82%).
De este modo, en comparación con las exportaciones, el vino español arroja un saldo comercial positivo de 1.582 millones de euros y 1.471 millones de litros, si bien el precio medio de los vinos importados es tres veces superior al de los vinos comercializados por España en el exterior.
Europa Press