La Asociación Nacional de Productores Agroalimentarios (PROAGRO), a través de los responsables del sector del vino asegura, que tras la aprobación del reglamento que posibilita la apertura de destilación de alcohol para uso en boca correspondiente a la campaña 2002/2003 se abren nuevas expectativas para el repunte de este sector ya pone en marcha los mecanismos de mercado para la campaña 2002/2004.
Después de numerosos debates que han provocado constantes aplazamientos y la postura enfrentada de terceros países, como Francia, el Comité de Gestión de Vinos de la Unión Europea ha aprobado el reglamento que hace posible la apertura de destilación de alcohol para uso en boca, obteniendo el sector vitivinícola un balón de oxígeno que puede hacer desaparecer la crisis existente en este sector ya que según ha indicado el Ministerio de Agricultura, se podrá destilar, desde el momento de la contratación, el 35% de la cantidad contratada.
Para llegar a esta solución satisfactoria han sido necesarios numerosos debates y enfrentamientos entre las partes implicadas que ponían en riesgo el acuerdo ahora consensuado. La incertidumbre en este concepto de destilación parecía ser una de las causas que provocaba la crisis que padece desde hace largo tiempo este sector, por lo que PROAGRO no puede por menos que sentirse satisfecha con este acuerdo beneficioso para la vitivinicultura española, ya que como recuerda el propio Ministerio, España destila anualmente un volumen de vino de mesa equivalente al producido aproximadamente en 175.000 hectáreas, un 15 por ciento del viñedo español.
PROAGRO explica a sus asociados en nota interna, que en cuanto a la cantidad a contratar, cada bodega podrá hacerlo con el 25 por ciento de su producción de vino de mesa, en una de las tres campañas precedentes, incluida la campaña que acaba de finalizar si ya se hubiera presentado la declaración de producción.
Especialmente beneficioso es este acuerdo para las bodegas de Castilla-La Mancha, ya que esta región es la mayor productora de vino destinado a destilación para la elaboración de brandy y otro tipo de alcoholes nobles, aportando a la producción nacional, una media anual del 70% del alcohol que se produce en la región.
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