La Unión de Cooperativas Agrarias de Castilla-La Mancha (UCAMAN), se muestra sorprendida por la falta de rigor del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, al conocer el contenido de la nota de prensa emitida por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), tras la reunión que mantuvo la Subdirección de Vitivinicultura, a través de su titular Sr. Escartín, con las “organizaciones agrarias (ASAJA, COAG, UPA), y el sector bodeguero y de la destilación de Castilla-La Mancha, para analizar la situación del mercado del vino ”.
A dicha reunión no asistió UCAMAN por decisión propia, al entender que carecía de sentido ya que la ministra Espinosa conoció de primera mano por los representantes del sector dicha situación, en la reunión que se mantuvo en Ciudad Real tras la inauguración de FENAVIN, comprometiéndose a responder a las demandas del sector en 48 horas, compromiso que a fecha de hoy no ha cumplido.
UCAMAN manifiesta firmemente su desacuerdo con el diagnóstico que realiza el Ministerio de la situación del mercado del vino actual calificando la presente campaña vitivinícola de “desarrollo normal y sin desequilibrios entre la oferta y la demanda”, como asegura el comunicado ministerial; al igual que afirma tener muchas dudas en que las organizaciones que asistieron a dicha reunión, respalden el diagnóstico hecho por el Ministerio, por lo que la organización cooperativa insta “a las organizaciones profesionales agrarias y al sector bodeguero y destilador” que fueron a la reunión, a que manifiesten de forma explícita y clara si avalan el análisis de situación idílica, que se desprende en la nota de prensa emitida por el Ministerio.
Las bodegas cooperativas no comprenden que los máximos responsables políticos, como la propia ministra, Elena Espinosa, y el secretario de Estado, Josep Puxeu, hayan adoptado una posición tan irresponsable como negar la realidad, y además se escondan tras un subdirector y varios funcionarios, ante la gravísima situación que atraviesa el mercado del vino actual, con existencias en bodega que superan ampliamente el 60% de la producción del pasado año aún sin retirar ni vender, y a tres meses del inicio de la próxima vendimia, situación que va a desembocar en un problema social de dimensiones insospechadas, al no poder albergar toda la futura cosecha de uva, si no se toman las medidas paliativas que las cooperativas vienen reclamando, destacando la destilación de crisis de 2 millones de hectolitros de vino de mesa.
AS Comunicación