Una situación calificada de alarmante por la bajada de la práctica totalidad de las cotizaciones de los productos vitivinícolas y la escasez o nula existencia de operaciones, ante una campaña venidera cada vez más cercana. La solicitud de UCAMAN ya fue realizada directamente al Consejero José Luis Mártinez Guijarro el pasado día 2 de marzo, en el marco de una reunión con la comisión sectorial de vino de UCAMAN celebrada en Tomelloso.
Las bodegas-cooperativas siguen afirmando que la reforma comunitaria, aceptada y asumida por el MARM, perjudica enormemente al sector vitivinícola castellano-manchego, al desaparecer de forma brusca las medidas de regulación de mercado (almacenamiento privado de vino de mesa y mosto, restituciones a la exportación, etc.), y mucho más si cabe al seguir vigente la “chaptalización” (práctica enológica que permite aumentar de forma artificial el grado alcohólico de los vinos centroeuropeos, a partir de azúcar de remolacha, que incluso la OIV prohíbe), lo que a la vez está desencadenando el hundiendo del mercado del mosto de uva, producto que daba tradicionalmente salida natural a más de 5 millones de hectolitros de producto, circunstancia que permitía equilibrar el balance del mercado vitivinícola español.
Por tanto, al ser la destilación de crisis la única medida de regulación que aún mantiene la nueva OCM, el sector cooperativo urge al MARM a que agilice los trámites para su aprobación.
Para UCAMAN esta situación es insostenible, y lo que hoy es un grave problema de mercado, se puede transformar en poco tiempo en un problema social de dimensiones insospechadas, no sólo en Castilla-La Mancha sino también en el resto de regiones vitivinícolas del resto de España, que están viviendo con semejante preocupación una situación de deterioro sin precedentes. UCAMAN no entiende la parálisis con la que el Ministerio, responsable y gran defensor de la nueva OCM vitivinícola, está actuando.
Recordar que las bodegas-cooperativas aglutinan más del 70% del volumen de todos los productos vitivinícolas a nivel regional, y que han venido jugando hasta ahora un papel de regulación y estabilidad en los mercados vitivinícolas tradicionales; además han contribuido al mantenimiento de las rentas de sus socios-viticultores y a la paz social dentro del sector, por lo que es momento de comprobar el nivel de compromiso de nuestras Administraciones, tanto a nivel regional como nacional, ya que las bodegas-cooperativas sostienen la renta de más de 80.000 viticultores y sus familias.
UCAMAN