La falta de acuerdos de precios en las cinco Denominaciones de Origen de Galicia, sin que la Conselleria de Agricultura de Galicia impulsara mesas de negociación ni mediara en los desacuerdos, deja al sector productor indefenso ante el industrial que fija los precios unilateralmente produciendo graves perdidas de renta a los productores.
Esta pérdida constante de renta unido al injusto reparto de subvenciones y de derechos de producción están expulsando a las pequeñas explotaciones familiares así como la posibilidad de renovación de las mismas, destruyéndose un importante tejido económico del medio rural. Paralelamente son empresas de la Rioja, presidentes de clubes de fútbol, bodegueros y especuladores con dinero de dudosa procedencia los que se están haciendo con los derechos de producción y las ayudas comunitarias para hacer grandes plantaciones en los montes comunales con el consiguiente desorden territorial y deterioro medioambiental. Generando la alarma entre los productores que ven un futuro incierto para nuestras producciones el momento en que estén en plena producción tales macroplantaciones.
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En Galicia se carece de un marco estable de interlocución con la administración, se creo la mesa del vino por acuerdo parlamentario y no se volvió a convocar.
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Se carece de un marco estable de negociación para alcanzar acuerdos económicos de precios.
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Se carece de la información necesaria sobre el Registro Vitícola que se ha elaborado con total opacidad y que ahora sabemos que falta por inscribir cerca de un 30 por ciento de las viñas.
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Se carece de un justo reparto de derechos de plantación. Carecemos de una ley de interprofesiones.
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Se carece de Consejos Reguladores democráticos y transparentes, en dos de ellos no se celebraron elecciones desde su constitución, otros dos llevan mas de un año en funciones, dos con reglamentos preconstitucionales.
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Se carece de un reparto justo de las ayudas comunitarias, se deniegan subvenciones a los pequeños viticultores por el minifundio de sus parcelas.
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Se carece de concentraciones parcelarias, etc.
Para la Organización agraria, la contestación del Conselleiro de Agricultura a las reiteradas peticiones es siempre la misma: la descalificación. No se valora si las demandas son justas, acertadas o posibilistas, el mercado resolverá ya que la administración no puede intervenir. Se ignora la interlocución con las organizaciones agrarias, negando la esencia misma de la democracia que es trasladar los problemas de los administrados a los administradores, aseguran desde UA-UPA.
En cambio, afirman en Unions Agrarias, se reserva el nombramiento de los presidentes de los consejos Reguladores a dedo para amparar prácticas nada legales que distorsionan la oferta y la demanda y se interviene para conceder créditos sindicados, por mediación del IGAPE, para garantizar la compra de diez millones de kilos de uva durante seis campañas y mediante contrato homologado firmado por los agricultores, a una bodega que ni compró, ni firmó contratos y que vendió vino de La Mancha tanto con contraetiqueta falsa como con la autentica dada esta vez desde el Consejo Regulador con la bendición de la Conselleria.
Por lo tanto, desde Unions Agrarias se va a seguir reclamando, sin descartar otro tipo de medidas, por:
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Un marco estable interprofesional de negociación para fijar el precio de las producciones.
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La transparencia informativa en el REGISTRO VITICOLA, así como la inscripción de todas las viñas de Galicia en el mismo sin costa para los productores para no perder ni una sola hectárea de derechos de producción
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El reparto justo de subvenciones para que puedan acceder todos los viticultores a las ayudas para replantar sus viñas mejorando la calidad, disminuyendo los costes de producción y preservando el medio ambiente.
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La democratización y funcionamiento transparente de los Consejos Reguladores para que sean una garantía para los consumidores así como para la renta de los productores.
Asimismo, en la Organización agraria se quiere impulsar, en definitiva, un nuevo modelo de viticultura para Galicia para defender la renta de las pequeñas explotaciones familiares que son la inmensa mayoría de las que configuran el tejido económico de las distintas Denominaciones.
Unions Agrarias-UPA