Nota de prensa de UPA
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), demandó hace ya tiempo la aprobación de un Plan Estratégico para el sector vitivinícola español motivado por la situación de crisis padecida en las últimas campañas, con especial gravedad en la economía de los viticultores, así como la preocupación ante el futuro por los múltiples condicionantes tanto internos como externos que afectan a este sector. Resulta imprescindible y urgente el establecimiento de un marco de actuación con la participación de todo el sector.
El pasado verano el Ministerio de Agricultura presentó un Plan de Actuación para el sector en el que el único objetivo estratégico que se planteaba era el referido a la adecuación tanto a nivel cualitativo como cuantitativo de la oferta a las exigencias de la demanda. Aún compartiendo este objetivo, desde UPA se considera que no pueden quedar ausente de los objetivos básicos del Plan los aspectos sociales que tan implícitamente van ligados a un sector como el vitivinícola. Por este motivo UPA ha exigido que se incluya como objetivo básico y estratégico el fortalecimiento de la actividad vitícola y el mantenimiento de las rentas de los viticultores. Es preciso no mirar tanto por el producto y más por las personas que lo cultivan y elaboran, hacer una política más social, que en general suele brillar por su ausencia. Además, desde UPA se piensa que no sólo hay que adecuar la oferta a la demanda, sino que también habrá que intentar aproximar esta demanda a la oferta que tenemos, incrementando un consumo que cae paulatinamente y aceleradamente en los últimos años y fortaleciendo el mercado de exportación y otros usos.
Con el Decreto publicado, nos encontramos con que se antepone al debate del Plan Estratégico una norma sobre medidas de carácter urgente que van a desvirtuar totalmente dicho Plan. UPA considera en primer lugar que tanto los principios como las medidas de un Plan deben tener el mayor grado de consenso posible, tanto a nivel del sector como de las administraciones competentes en la materia. Este consenso parte del principio de que no solamente debe ser un fin perseguido en cualquier tipo de regulación del sector, sino que aún tiene mayor importancia lograrlo cuando estamos hablando de un Plan con unas metas de gran trascendencia y una larga prolongación en el tiempo.
Con la metodología empleada por el Ministerio de Agricultura se confirman los temores iniciales que tenía UPA cuando se pensaba que el objetivo principal que se perseguía se basaba en regular una limitación de rendimientos condicionada a las diferentes ayudas contempladas en la OCM vitivinícola. Con esta iniciativa se corta en seco el esperado debate para la elaboración del verdadero Plan que necesitamos. (sigue en la pag.siguiente)
UPA no considera que las medidas contenidas en el Real Decreto sean tan urgentes como para detraerlas de un debate sobre el Plan en el cual se debería haber buscado una mayor globalidad y un equilibrio más adecuado entre las diferentes medidas a aplicar. Y si de urgencia se trata, porqué no adoptar otra serie de medidas cuya urgencia es más primordial para el sector vitícola como pueden ser determinadas ayudas de contenido más social, tal y como ha establecido Francia en varias ocasiones.
En cuanto a la limitación de rendimientos, UPA nunca ha estado totalmente en contra de una medida similar, pero únicamente con el objetivo de intentar garantizar las rentas de las explotaciones que con bajos rendimientos podrían tener determinada preferencia a las diferentes ayudas del sector. UPA podría aceptar una limitación de rendimientos pero siempre que estuviese condicionada a varios aspectos entre los cuales podrían destacarse los siguientes:
– que se trate de una medida más dentro de un Plan Estratégico en el cual se contemplen acciones que involucren no solamente a los viticultores sino también al sector industrial, y que no sea siempre el viticultor el más sacrificado sino que tenga también como contraprestación determinadas medidas de carácter social, más urgentes que las aprobadas (ayudas para los viñedos de bajo rendimiento, para explotaciones con graves problemas económicos, flexibilidad en jubilaciones, prioridad en ayudas, etc)
– Que se haya resuelto de una manera eficaz el problema de los viñedos ilegales, con una plena transparencia en el sector.
– Que las ayudas a las que se condicionen la limitación de rendimientos no sean exclusivamente las referidas a la OCM, sino todas aquellas de ámbito comunitario, nacional y regional implicadas en el sector. Es decir, que por ejemplo, se incluyan en este bloque las ayudas destinadas a las inversiones en bodegas, las ayudas a la comercialización, promoción de vinos, etc.
– Que no exista limitación de rendimientos para determinados usos que estén regulados por contratos de compraventa a largo plazo entre las partes, como por ejemplo el destino a zumos o mostos.
Por otro lado, UPA valora de manera muy negativa que no se fomente el establecimiento de contratos entre bodegas y viticultores con una priorización de las ayudas a inversiones. Sorprende que este apartado no se refleje en el decreto publicado en el BOE cuando sí figuraba en proyectos anteriores.
UPA