La sectorial vitivinícola de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), se ha reunido con objeto de analizar y debatir los documentos de la Comisión que se han filtrado hace unas semanas en relación a la próxima reforma de la OCM del vino. La conclusión ha sido de un claro rechazo tanto a los argumentos como a las líneas de actuación que plantean los servicios de la Comisión, basados en un clara intención liberalizadora cuyos efectos más inmediatos sería la salida del sector de un elevado número de pequeñas y medianas explotaciones en beneficio de otro tipo de explotaciones de tipo más empresarial.
UPA basa su planteamiento de cara a la reforma de la OCM en las siguientes premisas:
– Asignación para nuestro país de un presupuesto cuya cuantía sea al menos similar a la serie histórica de la partida presupuestaria recibida en los últimos cinco años.
– Garantizar la renta de los viticultores.
– Condicionar las ayudas y apoyos al sector industrial y comercializador a compromisos con los viticultores que tengan por objeto garantizar unos precios en origen dignos.
– Promover la vertebración del sector fomentando la adopción de medidas que mejoren las estructuras productivas y comerciales del sector con objeto de llegar a un equilibrio entre la oferta y la demanda .
– Preservar la viticultura de zonas sensibles por razones sociales y medioambientales.
– Evitar medidas tendentes a una mayor desregulación del sector.
– Adopción de medidas que se enmarquen dentro de la especificidad del sector, evitando en todo momento acciones tendentes a la aplicación del pago único o el desacoplamiento.
– Necesidad de mantener medidas tendentes a producir un equilibrio en el mercado.
– Rechazo a la generalización de la implantación de las organizaciones de productores vitivinícolas por considerar que sus beneficios no llegan a los productores de uva.
– Fomento de nuevas medidas de control de producción, tales como la vendimia en verde.
UPA también acordó mantener su rechazo a una posible regulación de la denominación de ‘Vinos de España’ con carácter genérico, ya que pese a su intención de servir como un instrumento que permita abrir mercados podría tener un efecto totalmente contrario al no garantizar una calidad y un control como el que ejercen los vinos con denominación de origen
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