La Unión Sectorial Vitivinícola de UPA con representación de todas las regiones vitícolas de nuestro país ha analizado recientemente el contexto en el que se está desenvolviendo la actual vendimia. La realidad contrastada en prácticamente toda la geografía nacional es la de un descenso generalizado en el precio de uva, e incluso con problemas en algunos casos de rechazo de la cosecha por parte de determinadas bodegas.
Desde UPA no se puede aceptar esta situación debido a que la producción es menor que en la campaña pasada (entre un 10 a un 15 % menos), y que no se llegará a la cifra de 40 millones de Hectolitros, además de tratarse de una cosecha de gran calidad en términos generales. Por otro lado, las exportaciones se han incrementado un 28 % en lo que llevamos de año. En este contexto UPA estima que el precio de la uva debe situarse por encima de las cotizaciones existentes.
Para UPA una de las consecuencias colaterales de esta situación puede ser el poner en peligro los resultados esperados del programa de reestructuración y reconversión del viñedo. A pesar de ser el principal país beneficiado en el reparto de la partida presupuestaria a esta finalidad y a la necesidad de este programa para la adecuación de nuestra oferta a la demanda requerida, la situación de grave crisis en los precios de uva puede provocar un ambiente negativo a la hora de invertir en dicha reestructuración, lo cual agravaría aún más la situación en el sector.
Desde la Unión Sectorial Vitivinícola de UPA se han programado una serie de asambleas a realizar con viticultores en todas las regiones productoras del país con el objeto de explicar la situación real y el contexto en el que se encuentra el sector. También se ha acordado que en el caso de que el Ministerio de Agricultura no se ponga al frente del sector para intentar solucionar el problema existente en base a las demandas que planteará UPA en la reunión solicitada, se podría realizar una movilización del sector con carácter nacional. Es preciso recordar que en la campaña pasada nuestro Gobierno fue el único que no aportó una ayuda nacional (a diferencia del resto de países productores de la Unión Europea) para compensar las pérdidas sufridas por el sector.
UPA