La mosca blanca (Bemisia tabaci) forma parte de la familia Aleyrodidae y se encuentra dentro del orden Homoptera. Es una plaga muy polífaga (tomate, pimiento,etc) que afecta principalmente en verano y su ciclo biológico se puede consumar en un par de meses como máximo.
A continuación se va a realizar una breve explicación de su biología, daños y tratamientos para prevenir y eliminar la mosca blanca de nuestros cultivos de tomate.
Biología
Su ciclo biológico comienza mediante la puesta de un promedio de unos 110 huevos por hembra en el envés de las hojas. Si están fecundados nacerán hembras y si no, machos.
En el primer estado ninfal es en el único en el que la mosca es móvil puesto que en los tres siguientes las ninfas se vuelven a encontrar instaladas en el envés y en el último se interrumpe la alimentación y empieza a desarrollarse los apéndices de los adultos.
Daños
La mosca blanca es un insecto chupador que:
- se nutre de la savia de las hojas jóvenes (principalmente),
- que provoca un amarillamiento de las hojas,
- y en ocasiones, una posterior caída de éstas.
- Además segregan una especie de melaza también conocida como fumagina, que dificulta su crecimiento porque interfiere en la fotosíntesis y provoca un menor vigor en la planta y una peor calidad en los frutos.
- Como daños indirectos el más severo es la transmisión de virus. Y entre ellos el de mayor importancia la familia de geminivirus (TYLCV, SLCV, PHYVV,etc) y otros como el ToCV que es el virus de la clorosis del tomate y el TIR.
Tratamientos para la mosca blanca en el tomate
Como ya se ha mencionado, las plantas más jóvenes son las más susceptibles, por lo que si se realiza un trasplante se recomienda:
- Proteger las plantas con unos túneles de malla fina para evitar la llegada de los adultos y su puesta de huevos.
- Después, para asegurar que las plantas permanezcan protegidas, se puede aplicar un insecticida sistémico foliar.
- Y cuando la planta tenga más de un mes de vida aplicar jabones como el potásico.
El insecticida sistémico puede además soslayar la transmisión de virus que lleva consigo la mosca blanca.
La presencia de la malla fina puede permanecer hasta la floración y tanto ésta como los jabones pueden realizarse en cultivos con producción ecológica.
Para el control de la mosca blanca en el tomate se recomienda:
- Establecer unos niveles en cuanto a daño económico o una serie de umbrales de acción para realizar un Manejo Integrado de Plagas (MIP).
Este tipo de manejo es aplicable a todos los sistemas de producción existentes en la actualidad porque trata de evitar al máximo el uso de insecticidas interrumpiendo su ciclo de vida mediante métodos culturales o biológicos.
- Como control cultural se recomienda:
- Realizar rotación de cultivos o en su defecto solamente realizar un cultivo al año.
- Eliminar los residuos que se encuentren en el campo de cosechas anteriores puesto que suelen permanecer como hospedadores.
- Y regular el fertilizante o abono a emplear ya que un uso abundante del nitrógeno produce altas densidades de siembra, al igual que con el riego, y dificulta el tratamiento de los huevos y ninfas.
- Un método bastante efectivo ha sido el de trampas cromáticas (amarillas generalmente) pegajosas como control y medida para el monitoreo.
- Con respecto al control biológico en la actualidad no se han hallado insectos depredadores contra esta plaga pero como parasitoides se puede emplear la avispa Encarsia formosa, teniendo muy en cuenta que su reproducción puede verse afectada con una temperatura menor de 24 ºC.
También se puede emplear Eretmocerus mundus aunque está en fase de investigación.
Si se observa en la planta 3 ninfas por hoja es recomendable aplicar insecticidas.
Si nos encontramos en cultivos de producción ecológica o integrada lo más recomendable son jabones potásicos y aceites neem. Pero en convencionales los organofosforados han presentado buenos resultados para el control de la plaga.
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