Todos los cultivos tienen una enfermedad o una plaga que les hace tener miles de pérdidas en todo el planeta. En los cereales, una de las enfermedades más problemáticas es la roya de los cereales. Esta enfermedad produce epidemias graves, frecuentes y provoca enormes pérdidas anuales para quienes producen cereal.
La roya actualmente se considera muy peligrosa para el trigo, cebada o avena porque se presenta en múltiples formas y diferentes zonas de estos cultivos.
Existen diferentes variedades de este hongo, la roya parda, la roya de la hoja de la avena, la roya amarilla… hoy vamos a hablar la roya negra de los cereales o Puccina graminis, que aunque actualmente está bajo control por parte de los agricultores, hace tiempo era de los mayores problemas en cuanto a enfermedades fúngicas.
Las mejores condiciones para este tipo de roya se dan cuando la humedad es alta (rocío o lluvia durante 6-8 horas) y la temperatura es templada alrededor de 20ºC. Todo este escenario hace que en 10-15 días se desarrolle el hongo para provocar la pérdida de producción de semillas y en ocasión la muerte de la planta. Dicho hongo se propaga de una planta a otra y de un campo a otro mediante urediniosporas (esporas con paredes más finas) transportadas por el viento.
La P. graminis tiene como hospedantes primarios los trigos harineros y duros, la cebada y el triticale. Sus síntomas los podemos ver en las partes aéreas de la planta, donde observamos manchas de color parduzco oscuro generalmente en tallos y vainas. Estas pústulas son las que arruinan la producción final.
En España este tipo de roya aparece en casi todas las comunidades, pero su mayor ataque se encuentra en la zona norte de la península.
Para su eliminación se recomienda la utilización de control químico con productos tales como tebuconazol, propiconazol, triticonazol o flutriafol.
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