El mundo de la ganadería está en un proceso constante de cambio. Cada vez son más las investigaciones que se hacen en busca de obtener un producto de más calidad, reducir el coste total de la producción o alterar lo menos posible el medio ambiente.
Actualmente los márgenes de beneficios son pocos en el sector de la ganadería, por lo que urge buscar sistemas que puedan abaratar costes en cuanto a la alimentación de vacuno sin poner en peligro la materia prima obtenida de los mismos. Fruto de esta necesidad nace el sistema de alimentación Kempen para vacuno lechero, el cual tiene como objetivo la disminución de los costes fijos de producción ya que se facilita el trabajo del ganadero, un aumento de la calidad y producción de la leche y la mejora de los índices reproductivos.
Todo esto se logra gracias a que el ganado ingiere un pienso especial ajustado al tipo mediante una tolva automática que permite al animal tener libre disposición de su alimento, lo que evita trabajo al ganadero. Cada animal recibe de esta manera una alimentación adecuada completando su dieta con un forraje henificado de calidad. Los estudios dicen que de esta manera aportamos a nuestro ganado unos mejores registros de proteínas en leche y se evitan problemas de acidosis.
Se recomienda utilizar este sistema en explotaciones medianas o pequeñas, y quizás un sistema de este tipo es más beneficioso para explotaciones muy intensivas, ya que un ganadero que tenga una superficie muy amplia deja de utilizar terreno con este sistema y se asegura que la ingesta del animal es igual a lo largo del día. Los estudios han llegado a dar con el diámetro perfecto que necesitan los rumiantes para que la digestión sea óptima, así como la identificación de los nutrientes necesarios y básicos. La vaca tiene una media de visitas al dispensador de entre 8 y 11 veces al día, siendo la ingesta total de unos 18-20 kg dependiendo de las características del ganado.