Aunque la rosa del Maresme es una flor de alta calidad, cada vez hay menos productores que la cultiven. Símbolo por excelencia de San Jordi, la rosa catalana no puede competir en precio con la llegada masiva de extranjeras.
Aunque la rosa del Maresme es una flor de alta calidad, cada vez hay menos productores que la cultiven. Símbolo por excelencia de San Jordi, la rosa catalana no puede competir en precio con la llegada masiva de extranjeras.