Está distribuido por todo el mundo y causa daños en cultivos de tomate, tanto protegidos como al aire libre.
SÍNTOMAS
El síntoma más característico consiste en alteraciones de la forma y color de las hojas, alternándose áreas cloróticas con otras de color verde normal y verde oscuro (mosaicos), las hojas se deforman apareciendo rizados, abarquillados o con aspecto filiforme.
Frecuentemente los frutos reducen su tamaño y muestran manchas decoloradas amarillas, irregulares o en forma de anillo, otras veces se presentan alteraciones necróticas externas e internas. Cuanto más precoz es la infección, mayor es la repercusión en la producción.
La intensidad de los síntomas puede variar dependiendo de diversos factores, entre ellos: la cepa del virus, el cultivar de tomate, la intensidad de la luz, la temperatura, la edad de la planta en el momento de la infección, el contenido de nitrógeno en el suelo, etc.
TRANSMISIÓN
La forma de transmisión de este virus es esencialmente por contacto. El contacto de una planta enferma con una planta sana, provocado por el viento o a través de las manos de los operarios, de su ropa o de herramientas de trabajo contaminadas, es suficiente para transmitirlo.
El virus puede conservarse en el endospermo hasta 9 años. El origen del virus lo constituyen las plantas procedentes de semillas contaminadas, el suelo contaminado con raíces y restos de plantas enfermas y los restos vegetales de plantas enfermas. No se conocen vectores naturales del virus.
MÉTODOS DE CONTROL
No existe ningún método de lucha curativo que permita controlar de forma eficaz la enfermedad producida por este virus durante el cultivo. De manera general, una planta infectada permanecerá así toda su vida.
Entre los posibles métodos indirectos aplicables a la lucha contra ToMV se pueden citar los siguientes:
1. Utilización de semilla libre de virus: Las semillas pueden ser portadoras del virus en tasas elevadas.
Se han utilizado los siguientes tratamientos a la semillas con resultados satisfactorios:
- Termoterapia de la semilla seca con calor seco a 80ºC durante 24 horas. Elimina el virus de las envueltas de la semilla de forma eficaz .
- Inmersión de la semilla en una solución de fosfato de sodio al 10% durante 15 minutos y posteriormente en hipoclorito sódico al 0,525% durante 30 minutos. Es necesario lavar con agua abundante después del tratamiento.
2. Medidas prolácticas: Aplicar de manera estricta medidas de higiene y limpieza de las estructuras destinadas a la producción de plántulas. Así como lavar los útiles de trabajo y las manos con una solución de jabón potásico después de tocar cada planta o sumergir las manos en leche desnatada.
3. Desinfección del suelo para evitar contaminaciones originadas a partir de raíces y restos vegetales mediante biofumigación o solarización.
Otras prácticas recomendables que ayudan a minimizar la expansión del virus son arrancar las plantas con síntomas de la enfermedad, destruirlas de forma segura incinerándolas.
Este virus ha sido uno de los más importantes y graves en el tomate hasta la aparición de variedades resistentes que han reducido su incidencia y lo han dejado circunscrito a las variedades autóctonas en áreas restringidas y para mercado local.
4. Control insectos.
Controla insectos vectores mediante tratamientos. Pulgones, mosca blanca y trips suelen ser los principales transmisores de los virus de una planta a la otra.